Imagine que tiene usted un conocimiento sobre alguna materia que pueda monetizar a través de la impartición de talleres. Puede tratarse de algo relacionado con el arte —como la música, la pintura, la escritura…— o de un área profesional más específico —como estrategias de venta, captación de clientes, identificación del nicho objetivo de la empresa…— o de cualquier materia que sea merecedora de ser divulgada, como puede ser una prédica religiosa.
Para llevar a cabo todas estas actividades, se requiere talento por parte de la persona —o personas— que imparta el taller, además de un espacio adecuado para que la audiencia pueda concentrarse en la materia que se explica. Sepan ustedes que, en la sociedad actualidad, el déficit de atención es un enorme problema. La capacidad de distraernos y no enfocarnos en el presente se agiganta cada día de la mano de los atractivos —y tontificadores— dispositivos con pantallas táctiles.
El espacio del Club Victoria está especialmente diseñado para que se genere una atención plena en los asistentes de los talleres que se impartan. La presencia de una cocina profesional completa una propuesta que hará que su taller sea un completo éxito. Haga la prueba y no quedará defraudado.