Llevemos a cabo un ejercicio de visualización: imaginemos un lugar capaz de hacernos sentir como si estuviéramos en el salón de nuestra propia casa, con una calidez y bienestar que hace que el tiempo pase con ligereza y sucedan cosas memorables en el tiempo que allí pasamos, tanto desde el plano personal como desde el profesional, si el sentido del encuentro que hemos organizado allí tiene más que ver con nuestra empresa.
En ambos casos, supone un enorme factor añadido el hecho de que el emplazamiento elegido nos haga sentir tan a gusto que la buena energía fluya de manera constante. En el Club Victoria hemos puesto la máxima atención a la disposición de colores y mobiliario de nuestro espacio, de forma que lo que los antiguos taoístas chinos bautizaron como feng shui —literalmente viento y agua— se traduzca en una ocupación consciente y armónica del espacio que logra que de éste emane una influencia positiva sobre las personas que lo ocupan. Pueden creerlo, es así.
Nuestros clientes dan fe de ello. «Ni me había dado cuenta de la hora que es… ¡El tiempo ha pasado volando. Me he sentido como en casa, ha sido una reunión fructífera en todos los sentidos». Recibir este tipo de valoraciones de clientes satisfechos es nuestra gasolina para seguir dando servicios… más y mejor.