Seremos breves en este artículo para el blog del mítico Club Victoria de Sevilla. Imagine que concierta en nuestro espacio un almuerzo con riquísimas viandas y caldos de primer nivel. Por una parte, se quita usted de en medio los posibles gritos o risas groseras de otros comensales con los que compartiría espacio si se hubiera decidido por un restaurante al uso.
Por otra, destaquemos algo esencial: usted y los suyos no tendrán que coincidir en ningún momento con gente extraña que desee hacer uso del retrete. Ojo, que esto no es ninguna tontería. Apunte algo más: podrá personalizar la experiencia poniendo el fondo musical, visual y de temperatura que usted, sólo usted y los suyos deseen. Un extra más: siempre tendrá la más absoluta seguridad de que ninguna mano extraña pueda colarse entre las prendas del guardarropa, los bolsos y las carteras. La seguridad será total.
Las ventajas son todas y aún serán más si ese almuerzo del que hablamos se ha montado para tratar un tema confidencial, ya sea por una delicada cuestión profesional, para decidir un reparto de una herencia familiar o para cargar tintas sobre los representantes del club de fútbol de sus amores. Un almuerzo en el exclusivo —y no por eso costoso— Club Victoria de Sevilla será siempre un acierto total.