El Club Victoria suma y sigue, firme en su propósito de servir de altavoz a la labor literaria. En estos tiempos, en los que muchos confunden la misión de la literatura como medio de expresión netamente humano con una producción en serie mediante ese oxímoron llamado inteligencia artificial, todavía quedan autores que no se hacen trampas en el solitario y que se estrujan las neuronas para parir auténticos manuscritos de un valor inconmensurable. Tal es el caso de Martín Karlosy con su El villancico de Darío (Editorial Círculo Rojo).
Su sinopsis es la siguiente: «Darío, un niño lleno de alegría por la Navidad, soñaba con cantar villancicos en la gran fiesta de su pueblo. Imaginaba el escenario, las luces y su música rodeándolo. Sin embargo, un accidente le robó la voz, y su sueño comenzó a desvanecerse. La Navidad ya no brillaba sin la posibilidad de compartir su música. Celia, su hermana mayor, notó el dolor de Darío y decidió ayudarlo a cumplir su sueño de otra manera. Aunque no pudiera cantar, sabía que había formas de que su hermano compartiera su amor por la música en la celebración navideña». Mención aparte merece la brillante presentación que Manu Silva llevó a cabo en nuestro espacio.
